Terapia individual
La idea básica de en qué consiste la psicoterapia es establecer una relación de ayuda y colaboración entre la persona que acude a consulta y el psicoterapeuta, con el fin de conseguir las metas o cambios en los que se acuerde trabajar. Es necesario que se establezca lo que llamamos alianza terapéutica, por la que se genera una relación de confianza mutua, y gracias a la cual el psicoterapeuta tiene el crédito suficiente para poder proponer cambios en la vida de las personas que piden ayuda. Para ello, es fundamental que el psicoterapeuta mantenga una actitud respetuosa, sin hacer juicios de valor, y que consiga transmitir que comprende como piensa, siente, actúa y se relaciona la persona. Y por supuesto que hacen falta más elementos para que la psicoterapia sea eficaz, como ofrecer ideas útiles, herramientas, estrategias, o visiones que ayuden a cambiar la perspectiva sobre el problema y a probar otras soluciones que funcionen. Evaluar o hacer diagnósticos no tiene por qué ser necesario, más que cómo algo que oriente al psicoterapeuta a tomar decisiones sobre su forma de ayudar y entender el problema.
Terapia de pareja
La vida en pareja es un asunto que suele interesar a todo el mundo, cómo hacer para que todo vaya bien, para sentirnos queridos, comprendidos y apoyados, atraídos por la otra persona, o cómo establecer una comunicación sana y fluida. Los terapeutas de pareja se dedican a intervenir cuando uno de ellos (o ambos) piden ayuda porque se sienten atascados o sin ideas para solucionar un problema de pareja, cuando el desgaste por los problemas diarios o el tiempo hacen mella en la relación, por dificultades en algún área concreta (crianza, comunicación, relaciones sexuales, infidelidad, etc.). Es frecuente trabajar en consulta para que la pareja vuelva a encontrarse, restableciendo conversaciones más constructivas, alimentando un trato más cariñoso, tomando decisiones sobre su día a día, de forma que puedan compartir momentos que les lleven a sentirse más unidos de nuevo. En otras ocasiones algún evento importante genera una crisis entre la pareja (pérdidas, problemas económicos, malas relaciones con la familia política), y suele ser necesario generar más sensación de unión y trabajo en equipo para superar estos momentos. La terapia de pareja también puede ayudar a llevar a cabo una separación de la manera menos dolorosa posible, cuando ambos están atascados o no saben qué pasos dar o qué decisiones tomar, evitando que los hijos se utilicen como armas con las que atacarse. El tratamiento no necesariamente requiere que ambos acudan a las sesiones, se puede trabajar en un formato individual o de pareja, de manera que aunque uno no quiera acudir (algo bastante frecuente) se puede trabajar en consulta para generar cambios en esa relación de pareja.
Terapia de familia
A pesar de todos los cambios sociales y de estilos de vida de las últimas décadas, muchas personas siguen planificando y disfrutando de sus vidas con la familia. Convivimos, crecemos, nos preocupamos, discutimos, nos divertimos y ayudamos a padres, hijos, hermanos, abuelos, etc. A veces surgen problemas en la familia que no se consiguen solucionar después de intentar muchas estrategias diferentes y de generar excesivo sufrimiento y preocupación. La terapia familiar es una forma de abordar estos problemas de una forma más constructiva, y en muchas ocasiones ocurre algo sencillo pero excepcional: una familia reunida junto con el psicoterapeuta habla sobre lo que les ocurre, sobre cómo cada uno piensa o siente, de una forma más constructiva, como no ocurre en su día a día. El trabajo del terapeuta familiar consiste en ayudar a la familia a conseguir los cambios que ellos quieren en sus vidas, a veces contando en consulta con todos los miembros de la familia o sólo con una parte de ellos. Suele ser útil ayudarles a cambiar pequeñas cosas en su día a día, en su forma de relacionarse, de entender o interpretar al otro, de cuidarse o tenerse en cuenta. Y el terapeuta necesita entender cómo funciona esa familia, qué esperan cada uno de ellos, que les hacer sufrir, molestarse, ilusionarse, disfrutar, … La terapia familiar y de pareja es una especialidad de la psicoterapia que requiere formación adicional y específica por la mayor complejidad y diferenciación con otros problemas que se abordan en la psicoterapia individual. Busca un terapeuta en tu ciudad que esté cualificado y amparado por las federaciones profesionales.
Peritaje y evaluación psicológica
La psicología forense se ocupa de auxiliar al proceso de administración de Justicia mediante la recolección, análisis y presentación de evidencia psicológica para propósitos judiciales. Para ello, se llevan a cabo una serie de entrevistas y se administran las pruebas correspondientes para la elaboración de informes periciales. Estos informes serán adecuados para intervenir en casos en los que la persona se encuentre implicada en un proceso legal relacionado con agresiones sexuales, personalidad violenta, maltrato, credibilidad del testimonio, accidentes, deterioro, incapacidades, guarda y custodia disputada, situaciones de acoso laboral, valoración de la inteligencia y víctimas.
Neuropsicología
Evaluación, diagnóstico y tratamiento de todo aquello que afecte al sistema nervioso central o funciones mentales superiores del cerebro. Procesos como la memoria, el aprendizaje, la percepción, el lenguaje, el pensamiento, la atención, etc.
Supervisión clínica
Si necesitas ayuda en tu labor profesional como psicoterapeuta, desde ahora puedes reservar sesiones de supervisión de 1 hora de manera presencial o virtual. Abordaremos las dificultades que encuentres en tu trabajo clínico, toma de decisiones en casos atascados, nuevas técnicas o herramientas que puedas incorporar a tu práctica, así como una revisión y seguimiento de tus resultados en consulta.